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El Paraguay, desde allá

 

Una espontaneidad sorprendente

les Art-terriens, el 22 de enero 2011,

 

 

Cuando cambiamos de cultura, hay cosas que volvemos a encontrar con mucho placer. Acabamos de llegar en San Ignacio Misiones que nuestro amigo Victor Hugo ya nos invita directamente en su programa de radio del día, en cual trata de informaciones locales. Explicamos en la entena porque visitamos al país, y pronto llamadas y mensajes llegan en el celular de nuestro animador: las salutaciones de un chico  que encontrábamos hace dos años,  una persona curiosa, un enfermero de un hogar acogiendo personas con dificultades psíquicas… Este mismo día, gente nos comenta sus proyectos, sus ideas, y armamos muchas actividades con una espontaneidad y una simplicidad sorprendente.


Hace solamente una semana que llegamos en la casa de Victor Hugo, ya vivimos dos días en un hogar del hospital psiquiátrico y dirigimos una formación para los profesionales de salud sobre el tema de cómo armar talleres de expresión a dentro de la estructura, encontramos al equipo benévolos encargado de desarrollar la primera Casa de ancianos de la cuidad, animamos un programa de radio de dos horas sobre el “Rock francés y por otra parte”, encontramos la Señora Intendente. También todo está listo para la próxima semana que vamos a pasar en San Ignacio: varios talleres en una colonia de vacaciones, una semana de trabajo artístico con un pintor bien conocido de la cuidad, una intervención con jóvenes estudiantes que preparan sus ingresos en la universidad.


Mientras, en Francia, las escuelas que siguen el proyecto nos preguntan una a una de retirar las fotos de las clases donde figuran los alumnos en grupo o de tapar las caras, porque los institutores no tuvieron las autorizaciones de todos los padres para poder publicar fotos de sus hijos en nuestro sitio. En respeto de ese apremio, cambiamos las imágenes o reducimos el tamaño de las fotos para que no se pudiera reconocer ni explotar à las caras de los alumnos.


Sentimos un grande contaste entre las dos sociedades, paraguaya y francesa, una que aparece con una gana de adelantar y conocer, la otra que vacila con una fuerte aprehensión del riesgo que… Pero por supuesto, todo no está rosado por un lado, ni gris por el otro. Es el oposito, cada sociedad compone con sus propias dinámicas y sus propios miedos. El hecho de pasar rápidamente de una a otra nos devuelvo con intensidad los excesos y las faltas de cada una. Entre el medio del riesgo que inhibe cualquier tipo de iniciativas y un descuido que hace estragos, hay seguramente un equilibro posible…


Hasta luego

Gaëlle y Fabien

 

 

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